sábado, 28 de enero de 2012

LECTURA Nº 1: CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTIFICO

Lectura nº 1: CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Autor: GINO LONGO

            Gino Longo en su obra “Manual de Economía Científica” trata de dar una definición del término “CIENCIA”.

            Para ello parte de la definición de ciencia efectuada por economista no marxista J. Schumpeter, que es la siguiente: “Es ciencia cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo. Estos esfuerzos producen hábitos mentales – métodos y técnicas – y un dominio de los hechos descubiertos por esas técnicas”.

            Según Gino Longo, esta definición es útil mientras se permanezca en un terreno estrictamente empírico, es decir, mientras se trate de determinar lo fenómenos tal y como aparecen externamente.

            Pero si lo que se desea es tratar de descubrir “las normas o las leyes del universo empírico que rodea al hombre”, lo cuál es la finalidad del conocimiento, sería necesario definir cómo tendría que ser el “conocimiento” para poder hacerlo.

            Gino Longo quiere definir lo que se entiende exactamente por “conocimiento” a través de tres aspectos fundamentales que deben de darse en el mismo:

            1.- Ante todo el conocimiento científico debe de proporcionar una descripción de la realidad que se trata de conocer. Pero en ningún caso debe de limitarse a describirla, sino que además debe de explicarla, debe de mostrar la necesidad de esa realidad, y además debe de considerarla como un todo.

            2.- El conocimiento científico no debe de conformarse con una explicación cualquiera de la realidad, han de conocerse las relaciones que se establecen objetivamente entre los fenómenos de la realidad.

            “La realidad debe de explicarse partiendo de ella misma, sin introducir momentos, elementos o explicaciones que no pertenezcan a tal realidad o que le sean extraños”.
           
            Gino Longo considera que este es un requisito que distingue a lo que es ciencia de lo que no lo es. Y su aplicación sin excepción a todos los fenómenos de la realidad conduce directamente al materialismo filosófico (concebir la naturaleza tal y como es, sin elementos extraños).

            Además G. Longo destaca la filosofía de Marx como un “materialismo filosófico sistemático” y coherente, en tanto en cuanto constituye la primera concepción del mundo basada total y exclusivamente en la ciencia.

            3.- El conocimiento científico es únicamente una parte de la actividad humana, tan sólo uno de sus aspectos.
            El conocimiento no puede ser un fin en sí mismo, puesto que el hombre desea conocer el mundo para poder modificarlo. Éste es el fundamento más esencial y más próximo del pensamiento humano: la transformación de la naturaleza por el hombre.
            G. Longo hace un inciso acerca de que es imprescindible el conocimiento para que pueda tener lugar la acción, ya que considera que la acción es el fin último del conocimiento. Partiendo de esta premisa, G. Longo también considera que la ciencia nunca tendrá por objetivo la praxis, puesto que su objetivo es el conocimiento, o búsqueda de la verdad de las cosas.

            Por lo tanto, la ciencia valorará los resultados de su actividad cognoscitiva mediante la evaluación de la aproximación de tales resultados a la realidad; y nunca tomará en cuenta la mayor o menor utilidad de tales resultados, ya que si lo hiciese menoscabaría la cognición objetiva de la realidad y perjudicaría toda la actividad práctica del conocimiento.

            Por último, G. Longo quiere definir las diferencias existentes entre “ciencia” y “praxis”, ya que como hemos visto una lleva a la otra pero deben de tratarse en planos diferentes.

            - La “praxis” para tener éxito debe de ser una acción colectiva, de forma coordinada entre los distintos individuos. Mientras que la “ciencia” debe de tener carácter individual.

            La explicación que se da al respecto es que, mientras que la acción si se puede compartir con otros individuos, el pensamiento es obligatoriamente individual en tanto en cuanto no existe una forma colectiva de pensar, aunque ambos son fenómenos sociales.

            - Por otra parte, G. Longo explica que, debido al modelo imperante de la división del trabajo y de la especialización, una persona será un “hombre de ciencia” o un “hombre de acción”, pero en ningún caso podrá ser las dos cosas a la vez.

            El raciocinio que hace al respecto es que el hombre de ciencia nunca podrá trabajar influido por la utilidad de sus estudios, mientras que el hombre de acción sí que deberá de tener en cuenta tal utilidad de sus acciones.

            Como conclusión G. Longo efectúa la siguiente alusión a un pensamiento de Albert Einstein: “Con el método científico alcanzamos una comprensión conceptual de las relaciones recíprocas que existen entre los hechos. Alcanzar este conocimiento objetivo es una de las más altas cimas a que el hombre puede aspirar, y desde luego no soy uno de los que infravaloran los heroicos esfuerzos y el ardor que el espíritu humano ha puesto en este campo. Pero es evidente que ningún camino puede llevarnos desde el conocimiento de lo que es al conocimiento de lo que debería ser”.

COMENTARIO PERSONAL de Margaria Soria:

Con respecto a este texto, discrepo con varias opiniones de G. Longo.

En la práctica me parece muy poco factible que el conocimiento no persiga una utilidad. Desde el primer momento que una persona siente la necesidad de conocer lo hace con la utilidad de enriquecerse, de colmar sus inquietudes, de comprender una realidad concreta.
Si el conocimiento tuviera que efectuarse sin una utilidad final, seríamos meras máquinas de conocer, pensaríamos por pensar. Pero si algo nos mueve a conocer, es el fin último de utilidad que nos reporta ese conocimiento. De hecho, a ninguna persona le interesa conocer de aquellas realidades que no le pueden reportar alguna utilidad.

Y con respecto a la praxis o acción, sí que me parece más factible que una persona desarrolle una actuación determinada aún cuando no le mueva a hacerlo ninguna motivación o utilidad. Existen muchos casos de actuaciones desinteresadas por parte de los individuos, como son los casos de colaboración con el prójimo o en los casos de temor ante una presión exterior que obliga al desarrollo de tal acción.

Mi opinión personal es que es muy difícil tener en cuenta la realidad partiendo únicamente de ella misma. Creo que es imprescindible tener conocimiento de otros factores externos que pueden ayudar a conocer mejor la realidad que se esté tratando. Tenemos como ejemplo el conocimiento adquirido a través de manuales o profesores que siendo factores externos a la realidad que se estudia, nos ayudan a conocer aquello que es objeto de nuestro estudio.
 

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