domingo, 29 de enero de 2012

TEMA 8: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Tema 8: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

1.- INTRODUCCIÓN.

            El presente tema se desarrollará tomando como referencia los análisis sobre la crisis efectuados por distintos autores marxistas, puesto que no puede decirse que Marx llegase a elaborar un examen completo o sistemático de esta materia.

            No obstante, en sus obras El Manifiesto, Historia crítica de la teoría de la plusvalía y en El Capital, Marx aporta comentarios acerca de la cuestión de las crisis, que serán tomados en cuenta en el presente tema.

2.- LA PRODUCCIÓN SIMPLE DE MERCANCÍAS Y LAS CRISIS.

           
            En la historia de la civilización la introducción del DINERO representó un gran paso adelante en tanto en cuanto permitió dividir el acto del cambio en dos partes, la compra y la venta, que, por la naturaleza del mismo, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio.

- En la producción simple de mercancías la crisis se produciría por una situación de escasez insólita, como resultado de la insuficiencia o inexistencia de materias primas o mecanismos de producción con los que producir las mercancías necesarias para satisfacer las necesidades de uso de los productores.

            Excluidos los factores externos, como las guerras y las cosechas malogradas, las crisis son posibles pero más bien improbables, o cuando mucho accidentales, bajo la producción simple de mercancías.

-Sin embargo, en el sistema capitalista las crisis, aunque parezca un absurdo, son ocasionadas principalmente por una situación de sobreproducción.

            La explicación se fundamenta en “la organización de la producción por medio del cambio privado”, de forma que si el productor A vende y después, por una razón cualquiera, deja de comprar a B, este, no habiendo logrado vender a A, no puede comprar a C; y este, no habiendo podido vender a B, no puede comprar a D; y así sucesivamente. De esta forma, una interrupción en el proceso de la circulación, que está condicionado por la separación de la compra y la venta, puede extenderse desde su punto de origen hasta afectar a toda la economía.

            Aparece entonces la crisis, en la que coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas, es decir, sobreproducción.








3.- LA LEY DE SAY.

            La ley de Say sostiene que a “una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad”; en otras palabras, que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, y, por lo tanto, no puede haber crisis ni sobreproducción.

            Pero Marx efectúa una crítica detallada de la ley de Say en su versión ricardiana, con el objetivo de eliminar cualquier duda acerca de la posibilidad formal de las crisis y la sobreproducción en las sociedades productoras de mercancías.

           
- Ricardo negaba la posibilidad de las sobreproducción general, en tanto en cuanto consideraba que un hombre no produce si no es para su propio consumo o para vender con la intención a su vez de comprar alguna otra mercancía para su propia utilidad.  Por lo tanto, Ricardo no contempla la posibilidad de una separación temporal y/o espacial del acto de compra-venta.

- Marx criticó el anterior razonamiento alegando que “el hombre no está obligado a comprar sólo porque haya vendido”. Sino que considera que la venta y la compra están separadas en el tiempo y en el espacio.

Por lo tanto, Marx contempla el dinero como algo más que el medio por el cual se efectúa el cambio. Para Marx el dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas, la venta y la compra.

De acuerdo con esta argumentación Marx concluye que si uno vende y deja de comprar el resultado es la crisis y la sobreproducción.

4.- EL CAPITALISMO Y LAS CRISIS.

1)      EL CAPITALISMO:

El fundamento del capitalismo es completamente diferente al de la producción simple de mercancías.

            - En la producción simple de mercancías el fundamento racional de M-D-M es claro. Y el propósito del cambio es la adquisición de valor de uso y no el aumento del valor de cambio.

            - En el Capitalismo: El fundamento de su existencia es D-M-D´, de manera representa un aumento del dinero final que se ha obtenido con respecto al dinero inicial que se ha invertido, es decir un “incremento de riqueza en abstracto”.

            Esto se debe a que el propósito del capitalista es la apropiación de más y más riqueza en abstracto, convirtiéndose en el único móvil de sus operaciones.





            De esta manera  “la expansión del valor” se convierte en su propósito subjetivo, en tanto que el capitalista devuelve constantemente su dinero a la circulación, y de esta forma cambia el carácter del proceso mismo de la circulación, en tanto en cuanto la producción tiene como objetivo la obtención de ganancia. Por lo tanto, en esta filosofía capitalista predomina el incremento del valor de cambio y no el valor de uso.

            Por otra parte, tenemos que ubicar la situación de los trabajadores dentro de este sistema capitalista.  A este respecto, podemos observar que la relación M-D-M es la que dota de sentido a la venta de su fuerza de trabajo por parte de los trabajadores.

            El motivo de la venta de su fuerza de trabajo por parte de los trabajadores es convertir su fuerza de trabajo en dinero, y finalmente emplearlo en adquirir artículos necesarios y en procurarse comodidades. Por lo tanto, vemos que el trabajador trabaja estimulado por un deseo de valores de uso.

            Hay que hacer un inciso a este respecto, puesto que lo que parece ser “acumulación” en los obreros tiene poco que ver con la acumulación del capitalista, y que por supuesto nada tiene que ver con la “naturaleza humana”.

            Con la acumulación del obrero tiende a asegurarse un flujo de valores de uso para sí y para su familia cuando su fuerza de trabajo no sea ya vendible.

            Mientras que el capitalista tiene una pasión inextinguible de lucro, y ello le conduce a una propensión a la acumulación constante que le guiará en su actividad.

            La teoría económica ortodoxa ha cometido dos errores a este respecto:

            - El de suponer que bajo el capitalismo cada uno es impulsado por el deseo de obtener ganancias,

            - El de suponer que cada uno se interesa solamente en los valores de uso y, por lo mismo, que todo ahorro debe considerarse a la luz de un redistribución del ingreso a través del tiempo.

            2) LAS CRISIS:

            El objetivo inmediato del capitalista es elevar al máximo su tasa de ganancia, y la previsión que tenga de que su tasa de ganancia pueda ser más o menos incrementada será lo que determine su reconsideración de lanzar su D (dinero invertido) a la circulación.

            Por lo tanto, vamos a examinar dos casos que son determinantes para que se produzca o no la inversión de su dinero por parte del capitalista:

            1) Si la tasa de ganancia desaparece o se vuelve negativa, el incentivo de la producción capitalista dejará de existir. Los capitalistas retirarán su capital, se reducirá la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción. Este es un caso de crisis particularmente severa.

            2) Si se produce un descenso de la tasa de ganancia pero se mantiene positiva, de modo que el factor que da motivo a la producción capitalista no sea nunca eliminado, ¿hay aún razones para esperar que se puedan reducir lo bastante las operaciones como para provocar una crisis?

            La respuesta es, enfáticamente, sí. Marx lo explica así, “tan pronto descienda la tasa de ganancia por debajo del nivel ordinario, comenzará una reducción de la operaciones de los capitalistas”.

            Esto se debe a que cada capitalista individual tiene que escoger entre devolver el capital a la circulación o conservarlo en forma de dinero.

            Es cierto que a la larga el capitalista más tarde o más temprano tendrá que reinvertir su capital si quiere continuar siendo capitalista. Pero eso no significa que deba reinvertir su capital inmediatamente, ni tampoco que deba seguir reinvirtiéndolo en la misma línea de producción.

            - Si la tasa de ganancia desciende por debajo del nivel ordinario en cualquier industria particular, los capitalistas retirarán su capital de esa industria para colocarlo en otra.

            - Sin embargo, si la tasa de ganancia desciende más allá del nivel ordinario en todas o casi todas las industrias al mismo tiempo, nada puede ganarse con pasar de una a la otra. Por lo tanto, el capitalista puede posponer la reinversión hasta que las condiciones dejen de ser desfavorables y la tasa de ganancia alcance de nuevo el nivel ordinario, o hasta que se haya resignado a una tasa de ganancia más baja.

            Entretanto, en ambos casos, el aplazamiento de la reinversión habría interrumpido el proceso de circulación y provocado la crisis y la sobreproducción.

La crisis y la depresión subsiguiente forman parte, en realidad, del mecanismo por el cual la tasa de ganancia es restituida completa o parcialmente a su nivel previo.



             
            Por otra parte vamos a exponer la conclusión a la que ha llegado la moderna teoría del ciclo económico por los teóricos modernos.
           
            Para ellos la clase capitalista se divide en dos secciones, la de los empresarios que organizan y dirigen los procesos de producción, y la de los poseedores de capital en dinero , o capitalistas propiamente dichos, que suministran bajo la forma de préstamos a interés los fondos que los empresarios necesitan para sus operaciones.

            El empresario pensará que vale la pena invertir capital mientras la tasa de ganancia que percibe sea mayor que el tipo de interés que está obligado a pagar. Tan pronto la tasa de ganancia caiga por debajo del tipo de interés, el empresario no tendrá motivos para invertir, con lo cuál la circulación se interrumpirá y sobrevendrá la crisis.

            Por otra parte, los capitalistas considerarán que si deben de prestar su dinero a un tipo de interés bajo, de acuerdo a las condiciones imperantes en ese momento en el mercado, será preferible conservarlo en forma de dinero. Este pensamiento del capitalista se fundamenta en su creencia de que los tipos inferiores de interés no durarán, ya que son inusuales y anormales, y que por lo tanto es más prudente posponer las actividades de préstamo hasta que la demanda llegue a los actuales o aún más altos tipos de interés.


             En términos generales, la clase capitalista en su conjunto restringe sus actividades de inversión cuando la tasa del beneficio sobre el capital cae por debajo de cierto nivel que es más o menos preciso en cualquier tiempo y lugar particulares. Y ello implica la aparición de las crisis provocadas por las fluctuaciones en la tasa de ganancia, y la paralización temporal del ciclo económico.

            Esto demuestra que no existe una situación que ponga fin a las crisis capitalistas.

5.- LOS DOS TIPOS DE CRISIS.


            Aquí se van a tratar dos tipos de crisis, y el punto de partida de cada una de ellas es el mismo, un descenso de la tasa de ganancia, pero lo que está detrás del descenso en cada uno de los casos requiere un análisis muy diferente de cada uno de ellos.

            1) Uno de los casos de crisis tiene que ver con movimientos en la tasa de plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema del valor.

            En este caso la tendencia decreciente de la tasa de ganancia fue deducida sobre la base de la suposición de que las condiciones de la ley del valor se satisfacían plenamente y, por lo tanto, todas las mercancías se vendían en sus valores de equilibrio.

            La tasa descendente de la ganancia no era, por consiguiente, un síntoma de desequilibrio en el sistema de valor, aunque si condujese a una crisis, se convertiría entonces en la causa de tal desequilibrio.

            2) El otro caso de crisis tiene que ver con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda efectiva de mercancías, no, sin duda, en el sentido de que la demanda sea insuficiente para comprar todas las mercancías ofrecidas, sino de que es insuficiente para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria.

            En este caso la causa de la crisis es el descenso de la lucratividad, con lo cuál los capitalistas pueden hallarse incapacitados para vender las mercancías en sus valores.         Estamos ante el caso de que si se produce demasiado de una mercancía, el precio de mercado cae por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurriese en un número suficiente de industrias al mismo tiempo, el resultado es un descenso general de la tasa de ganancia, seguido de una crisis.

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