domingo, 29 de enero de 2012

TEMA 5: LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

Tema 5: LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

1.- LA REPRODUCCIÓN SIMPLE.

            En economía marxista, la reproducción económica se refiere a los procesos recurrentes (o cíclicos) por los cuales las condiciones iniciales necesarias para que ocurra la actividad económica son constantemente recreadas. Karl Marx desarrolló los planteamientos iniciales de Quesnay hasta un modelo de circulación de capital, dinero y productos en el segundo volumen de El Capital.

            Marx distingue entre reproducción simple y ampliada (o expandida). En el primer caso, no existe crecimiento económico, mientras que en último caso, hay más producción de la que se necesita para mantener a la economía en un nivel dado, haciendo posible el crecimiento económico. La diferencia radica en que en el primer caso, la plusvalía creada por el trabajo asalariado es gastada por la persona empleadora en consumo, mientras que en el último caso, parte de ella es reinvertida en la producción.

            La reproducción simple se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones entre sus diversas partes.

            Para que se cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y que empleen toda su plusvalía en el consumo, mientras que los obreros tendrían que gastar todo su salario en el consumo.
            Si no se cumplieran estos requisitos tendría lugar una acumulación o bien un agotamiento de la existencia de los medios de producción.

            Por último, analizaremos las dos grandes dimensiones del proceso de reproducción simple:

            La producción: se divide en dos amplias categorías, la producción total de medios de producción y la producción total de artículos de consumo. Ambas tomadas en su conjunto constituyen la suma de la oferta social agregada de mercancías.

            El ingreso: se divide a su vez en tres categorías; el ingreso del capitalista, el cuál debe de gastarlo en medios de producción si quiere mantener su posición de capitalista; el ingreso del capitalista que es libre de gastar en consumo y el ingreso del trabajador. Todas ellas tomadas en su conjunto conforman la demanda agregada de mercancías.

            En una situación de equilibrio la oferta agregada y la demanda agregada deben igualarse. Pero lo que no es tan obvio es que la interrelación entre los diversos elementos de las dos sumas sean exactamente suficientes para crear tal equilibrio.







2.- LAS RAÍCES DE LA ACUMULACIÓN.
           
            La acumulación del capital es una teoría esencialmente marxista respecto al proceso histórico relativo a la expansión del capital en sus diversas fases que supone que la acumulación de capital de unos responde obligatoriamente a la explotación y consecuente pauperización de otros. Tiene una fase directa (expansión de corto alcance) en la cual se programa una dominación regional (que es la que analizó Karl Marx) y otra de largo alcance en la cual se desbordan las regiones y se conquistan mercados lejanos. Esto último se asocia totalmente con el imperialismo.

            Es inevitable la conclusión de que la reproducción simple implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista, a saber, su interés en ampliar su capital. Realiza esto convirtiendo una parte, a menudo la mayor de su plusvalía, en capital adicional.

            Su capital acrecentado le permite entonces apropiarse de aún más plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación de capital  y que constituye la fuerza motriz del desarrollo capitalista.

            Este hecho se refleja en el fin subjetivo del capitalista. No es de ningún modo una cuestión de propensiones o instintos humanos innatos; el deseo del capitalista de aumentar el valor que controla (de acumular capital) proviene de su posición especial en una forma particular de organización de la producción social. Su afán de acumular riqueza se debe a la necesidad de conservar su estatus social de capitalista y a ocupar un puesto cada vez más alto dentro de la escala social. Por lo tanto, el propósito de acumulación de capital se sustenta en una cuestión de: posición, prestigio y poder. El capitalista es un capitalista, y privado de su capital no sería nada.

            Para mantener el ciclo económico de expansión del capital es necesario que el capitalista efectúe este ejercicio de acumulación progresiva de capital. Y posteriormente llevará a cabo una reinversión de parte del capital acumulado dentro del mismo ciclo económico para que este se perpetúe en el tiempo. De alguna manera el capitalista se rige por leyes externas coercitivas implícitas en la producción capitalista, y que le orientan hacia un afán de perfeccionamiento de los procesos de producción mediante la inversión en los métodos técnicos más avanzados y eficientes. Para alcanzar esta meta el capitalista no tiene más remedio que acumular capital y reinvertirlo en el proceso productivo.

            Pero el capitalista no solamente utiliza el mecanismo de reproducción simple para lucrarse, sino que ha inventado todo un mundo de alternativas para conseguir cada vez más ganancias, entre ellas podemos destacar la especulación y el sistema de crédito, las cuales otorgan al capitalista muchas posibilidades de enriquecimiento súbito.

            Por otra parte, el capitalista, a medida que incrementa su riqueza, también siente la necesidad de aumentar su consumo. Las teorías contemporáneas ortodoxas contemplan las teorías de la “abstinencia” y la “espera”, como tácticas que utiliza el capitalista para no caer en la tentación de incrementar su consumo y así poder alcanzar el propósito de seguir acumulando riqueza.

            Con respecto a la teoría de la “abstinencia”, se considera que el capitalista se abstendrá de consumir cuando exista un interés del capital que le motive a efectuar tal abstinencia.
            Marx a este respecto opina que esta teoría no tiene ningún sentido, ya que se podría aplicar la misma en sentido contrario, para afirmar que el consumo es una abstinencia de la acumulación. Para Marx toda acción humana puede considerarse como “abstinencia” de su contraria.

            Respecto a la teoría de la “espera”, la idea es que los capitalistas desean consumir  todo lo que poseen, pero no lo hacen porque esperan poder consumirlo con interés en el futuro.

3.- LA ACUMULACIÓN Y EL VALOR DE LA FUERZA DE TRABAJO: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

            A continuación vamos a investigar los efectos de la cantidad acrecentada del capital variable o fuerza del trabajo, que va implícita en el proceso de acumulación. Para este fin vamos a tomar simplemente las relaciones cuantitativas de la oferta y la demanda que son necesarias para mantener el equilibrio de la reproducción ampliada.

            Partimos de que la acumulación implica un aumento de la demanda de fuerza de trabajo. Ahora bien, cuando aumenta la demanda de una mercancía cualquiera, su precio sube asimismo, y esto conlleva una desviación del precio respecto al valor. Pero en este caso la fuerza de trabajo no es una mercancía ordinaria, no hay ninguna “industria de fuerza de trabajo”

            La acumulación eleva la demanda de fuerza de trabajo, y ya no es lícito suponer la igualdad de los salarios y el valor de la fuerza de trabajo. Pero parece que existen ciertas dificultades para la aplicación de la ley del valor a la mercancía fuerza de trabajo.

           Si no hay fuerzas en acción que conserven los salarios iguales al valor de la fuerza de trabajo, surge aquí el problema: ¿qué razón hay para suponer la existencia esta brecha esencial entre los salarios y el valor del producto?, ¿no podríamos suponer que los salarios suben bajo el estímulo de la acumulación hasta eliminar toda brecha? Estas cuestiones ponen en duda la validez de toda la estructura teórica de Marx, aunque en el apartado siguiente veremos la solución que Marx da a este problema.

            Ricardo encuentra una solución a este problema mediante su “teoría de la población”. Esta teoría plantea que cuando el precio de mercado de trabajo excede su precio natural la condición del trabajador mejora y ello conlleva a un aumento de la población. Este aumento de la población, o del número de trabajadores, provoca que los salarios bajen de nuevo hasta su precio natural, e incluso que caigan por debajo de él.

            Marx no estaba de acuerdo con la teoría de Ricardo, como veremos a continuación.





4.- LA SOLUCIÓN DE MARX: EL EJÉRCITO DE RESERVA DEL TRABAJO.

            Marx conocía la tendencia que tienen los salarios a subir bajo el impacto de la acumulación de capital. Además estaba seguro de que tal elevación de los salarios no puede nunca alcanzar el punto en que amenazase al sistema mismo.

            Pero entonces tenía que preguntarse: ¿qué es lo que detiene los salarios, de modo que la plusvalía y la acumulación puedan seguir siendo los rasgos característicos y esenciales de la producción capitalista?, ¿y qué es lo que mantiene los salarios iguales al valor de la fuerza de trabajo?

            La solución de Marx a estas cuestiones gira alrededor de su famoso concepto del “ejército de reserva del trabajo”, o como también lo llamó, la “población excedente relativa”.

            El ejército de reserva consiste en obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión continua a la baja en el nivel de salarios.

            El ejército industrial de reserva, durante los períodos de estancamiento y prosperidad media, gravita sobre el ejército activo de trabajo; y durante los períodos de superproducción y paroxismo pone freno a sus pretensiones.

            La población excedente relativa es, por lo tanto, el pivote sobre el cuál opera la ley de la demanda y la oferta de trabajo. Ella confina el campo de acción de esta ley dentro de los límites absolutamente adecuados a la actividad explotadora y a la dominación del capital.

            El ejército de reserva se recluta principalmente entre aquellos que han sido desplazados por la maquinaria. Marx consideraba la “introducción de la maquinaria” para economizar trabajo, como una respuesta más o menos directa de los capitalistas a la tendencia ascendente de los salarios.

            Pero el principio del ejército de reserva es independiente de cualquier suposición particular sobre la población; opera igualmente bien con una población estacionaria y aún más con una población declinante. En este hecho tenemos una de las diferencias decisivas entre Marx y sus predecesores de la escuela clásica, como por ejemplo Ricardo y su “teoría de la población”.

            Con la acumulación y el desarrollo de la productividad del trabajo, crece también el poder de expansión rápida del capital. Un estallido súbito de acumulación de capital puede ser el resultado de la apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. En tales casos, el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios, la plusvalía en este caso puede disminuir seriamente.

            Pero tan pronto este disminución toca el punto en que el trabajo excedente que nutre al capital no es suministrado ya en el volumen normal, se produce una reacción: se capitaliza una parte menor del ingreso, la acumulación se retrasa y el movimiento al alza de los salarios se detiene.

            Marx describe aquí una de las causas fundamentales de las crisis. Junto con la eliminación del trabajo por la maquinaria, las crisis y las depresiones toman su lugar como mecanismo capitalista específico para reconstruir el ejército de reserva cada vez que este se haya reducido a proporciones peligrosamente pequeñas.

            Para Marx el capitalismo sin crisis sería inconcebible.

           
            El proceso industrial: A continuación vamos a representar mediante un diagrama, la estructura del proceso industrial y la participación del ejército de reserva en el mismo.

           
           

            En este esquema podemos observar que en la parte superior del mismo se ubica la gran masa de trabajadores en Empleo Industrial. Esta masa está alimentada, de una parte, por la corriente de nuevos trabajadores en busca de su primer empleo (A) y que consiguen un puesto de trabajo en la industria capitalista y, de otra parte, de aquellos trabajadores que integran temporalmente el ejército de reserva (D) y, que por ser recontratados, se incorporan de nuevo al proceso industrial.

            Por otra parte, el ejército de reserva se alimenta, de una parte, por aquellos que buscan obtener su primer empleo sin conseguirlo (B) y, de otra parte, por aquellos trabajadores que abandonan temporalmente el empleo industrial (C).

            Por último, también son representados en este diagrama aquellos trabajadores que abandonan definitivamente el proceso industrial, ya sea porque abandonan definitivamente el empleo industrial (F), o porque abandonan definitivamente el ejército de reserva (E), pero en ambos casos estos trabajadores no retornarán al proceso industrial nunca más.
           


            En la fase de prosperidad del ciclo económico, el empleo industrial aumenta a expensas del ejército de reserva. En las fases de crisis y de depresión se produce una contracción del empleo industrial, mientras que el ejército de reserva crece.

5.- LA NATURALEZA DEL PROCESO CAPITALISTA.

            La teoría económica clásica se inclinó a predecir “el fin inminente del progreso económico”, fundamentándose en la teoría de la población. El razonamiento consistía en que la acumulación estimula indirectamente el desarrollo de la población. La fuerza de trabajo, considerada como mercancía, incrementaría su valor. Por este motivo la plusvalía se vería reducida. Y a medida que el desarrollo económico fuera incrementándose, también lo haría el desarrollo de la población, de forma que se llegaría a un pico álgido en el cuál los salarios se habrían incrementado tanto que derivarían en un descenso desmesurado de la plusvalía, y esta situación determinaría que el empresario se vería en la tesitura de decidir si seguir con el proceso productivo aún cuando apenas obtendría ganancias. Se produciría entonces el fin del progreso económico, el “status quo” o estado de reposo.

            La teoría de Marx rechazó en principio cualquier relación con la teoría de la población. Y estableció las bases que determinarían la naturaleza del proceso capitalista.

            Para Marx es principalmente por medio de las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo como se recluta al ejército de reserva, y sólo por la existencia continua del ejército de reserva pueden sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene, es decir, la capitalista o burguesa.

            En el Manifiesto Comunista, dijo Marx: “la burguesía no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción y, por este medio, las relaciones de producción y, con ellas, todas las relaciones de la sociedad”.

            Marx considera el proceso capitalista como aquel que, en principio, implica “la acumulación incesante acompañada de cambios en los métodos de producción”. En esta definición podemos resumir la naturaleza del proceso capitalista.

            Puesto que la visión de Marx subraya principalmente los cambios que ocurren en los métodos de producción, implica el cambio cualitativo en la organización social y en las relaciones sociales, a la vez que el cambio cuantitativo en las variables económicas como tales. Así se abre el camino para considerar “el resultado final” como una reconstrucción revolucionaria de la sociedad, más bien que como un mero estado de reposo.

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